Las coordinadoras del programa de microcréditos, María Teresa Guadrón y Andrea Arbizú, manifestaron, con mucha alegría y entusiasmo, que con la entrega de dichos préstamos, a tasas bajas y accesibles, se espera que la organización se convierta en un apoyo verdadero para el desarrollo económico de las comunidades.
El proyecto, que forma parte de la etapa de habilitación social, es una herramienta creadora de oportunidades que cuenta tanto con una serie de capacitaciones básicas sobre el manejo de los negocios como con una labor de seguimiento consistente y asesorías específicas y prácticas para cada negocio. Dichas asesorías son impartidas por voluntarios universitarios de carreras afines a la economía y a la administración.
Así, de la unión de los conocimientos y de las ideas de los universitarios con las habilidades y capacidades de los empresarios, trabajando en equipo, se comienza a construir nuevos sueños; sueños que no sólo pertenecen a los beneficiados, sino que también son compartidos por todos los voluntarios que se esfuerzan por darle vida a los diferentes proyectos de microcréditos.
“La comunidad Viuda de Alas es una comunidad emprendedora, pues a pesar de que tomar un microcrédito puede ser algo riesgoso, también puede traer grandes beneficios. Ésta es una comunidad pionera, ya que ha tomado la oportunidad en sus manos y está dispuesta a trabajar por sus ideales”, expresó Andrea Guadrón.
A lo largo de Latinoamérica, Un Techo Para Mi País, cuenta con siete países que implementan el programa de microcréditos en sus comunidades. Los beneficiados podrán contar siempre con la organización y ésta les proporcionará ayuda en todo lo que pueda. Además, el programa de microcréditos no finaliza con la entrega de los mismos, sino que cuenta con capacitaciones de seguimiento, en las cuales se ayuda a los emprendedores a mejorar sus negocios y explotarlos al máximo y, posteriormente, aspirar a un nuevo préstamo.
Con la décima entrega de microcréditos en la sede de Un Techo Para Mí País El Salvador, se espera que el crecimiento y desarrollo no sea algo individual, sino que implique a toda la comunidad, ya que a medida que familias y comunidades mejoren sus ingresos, tanto ellas como el país entero podrán salir adelante.
Anaí Sorto, Prensa
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