Una sola piñata es indicación de fiesta, de alegría. Siete piñatas, entonces, multiplican las posibilidades. Si a esta alegría de abundancia se le suma la felicidad de los que festejan, aquella con que los niños (niños de hecho y niños de corazón) llenan sus sonrisas y la celebración, sin duda se tiene un total neto de verdadero regocijo.
Un regocijo que se vivió plenamente el sábado 03 de octubre en la celebración del día del niño en la Lotificación Playa Amatecampo, La Paz. Más de 120 niños esperaban a las tres de la tarde al equipo de voluntarios que en conjunto con los miembros de la ADESCO del lugar coordinaron esfuerzos para organizar y realizar la fiesta. El equipo, conformado por Verónica Montes, Emilio Castro (ambos coordinadores del lugar), Laura Guzmán y Miguel Montes, fueron recibidos por aplausos y un precioso cartel hecho por los pobladores que les daba la bienvenida.
Divididos por género en dos círculos, los niños y las niñas de Amatecampo disfrutaron grandemente sacarles a golpes los dulces a los distintos personajes que representaban las piñatas. Una de estas fue reventada por los adultos, que alegremente regresaron, por un momento, a la infancia.
Más tarde se llevaron a cabo juegos y se otorgaron premios a los ganadores, entre ellos, dos adultos que participaron en el “juego de las sillas”. Los recursos para la celebración fueron producto de donativos y colectas.
Al finalizar, los miembros de la ADESCO se mostraron complacidos por la forma en que había resultado el festejo (efectuado por primera vez en la historia de la comunidad). Marta Arias, Voluntaria Vecina, dijo que estaban todos muy contentos de haber realizado la celebración, y quizá la prueba más evidente de ese contento se hallaba en la sonrisa de todos los niños, que, dulces en mano, regresaban a sus casas sobre la arena negra y fresca del camino.
Un regocijo que se vivió plenamente el sábado 03 de octubre en la celebración del día del niño en la Lotificación Playa Amatecampo, La Paz. Más de 120 niños esperaban a las tres de la tarde al equipo de voluntarios que en conjunto con los miembros de la ADESCO del lugar coordinaron esfuerzos para organizar y realizar la fiesta. El equipo, conformado por Verónica Montes, Emilio Castro (ambos coordinadores del lugar), Laura Guzmán y Miguel Montes, fueron recibidos por aplausos y un precioso cartel hecho por los pobladores que les daba la bienvenida.
Divididos por género en dos círculos, los niños y las niñas de Amatecampo disfrutaron grandemente sacarles a golpes los dulces a los distintos personajes que representaban las piñatas. Una de estas fue reventada por los adultos, que alegremente regresaron, por un momento, a la infancia.
Más tarde se llevaron a cabo juegos y se otorgaron premios a los ganadores, entre ellos, dos adultos que participaron en el “juego de las sillas”. Los recursos para la celebración fueron producto de donativos y colectas.
Al finalizar, los miembros de la ADESCO se mostraron complacidos por la forma en que había resultado el festejo (efectuado por primera vez en la historia de la comunidad). Marta Arias, Voluntaria Vecina, dijo que estaban todos muy contentos de haber realizado la celebración, y quizá la prueba más evidente de ese contento se hallaba en la sonrisa de todos los niños, que, dulces en mano, regresaban a sus casas sobre la arena negra y fresca del camino.
Jeannette Cruz
Comunicación Interna
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