Durante la mesa de trabajo realizada el martes 24 de marzo, los 4 líderes de las 4 comunidades se reunieron a pensar en conjunto cómo solucionar la situación de extrema pobreza en que viven. Felipe Berríos, capellán de Un Techo para mi País, lanzó el reto a que las mismas directivas escogieran a las dos familias más pobres para que los voluntarios de esta ong intervinieran con la construcción de viviendas de emergencia.
Dejó claro que estas primeras dos casas, serán el inicio de una nueva oportunidad para la comunidad de salir de esta inhumana situación. Estas dos casas serán un llamado a la integración social, teniendo como centro las preocupaciones que viven estas familias, demostrando al país que si se pueden hacer cosas concretas.
Las Victorias es un asentamiento humano que surge en la capital como una toma de terreno. Este asentamiento de más de 800 familias representa la injusta situación de exclusión que viven miles de salvadoreños en todo el país.
Pareciera que vivieran en un mundo totalmente distinto, están rodeados de grandes fábricas y bulevares. Solamente una acera divide entre el desarrollo y el subdesarrollo, o más bien, entre un mundo de oportunidades y uno de frustraciones y penurias. Basta caminar unos metros para pasar del asfalto a la tierra.
Adentro, existe desintegración, y es que, a pesar de las similares condiciones de pobreza en las que viven, los pobladores no se sienten parte de una sola comunidad. Están divididos en cuatro grupos y cada uno actúa por separado, Las Victorias, Viuda de Alas, Bendición de Dios y Gerardo Barrios.
Dejó claro que estas primeras dos casas, serán el inicio de una nueva oportunidad para la comunidad de salir de esta inhumana situación. Estas dos casas serán un llamado a la integración social, teniendo como centro las preocupaciones que viven estas familias, demostrando al país que si se pueden hacer cosas concretas.
Las Victorias es un asentamiento humano que surge en la capital como una toma de terreno. Este asentamiento de más de 800 familias representa la injusta situación de exclusión que viven miles de salvadoreños en todo el país.
Pareciera que vivieran en un mundo totalmente distinto, están rodeados de grandes fábricas y bulevares. Solamente una acera divide entre el desarrollo y el subdesarrollo, o más bien, entre un mundo de oportunidades y uno de frustraciones y penurias. Basta caminar unos metros para pasar del asfalto a la tierra.
Adentro, existe desintegración, y es que, a pesar de las similares condiciones de pobreza en las que viven, los pobladores no se sienten parte de una sola comunidad. Están divididos en cuatro grupos y cada uno actúa por separado, Las Victorias, Viuda de Alas, Bendición de Dios y Gerardo Barrios.
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